ACADEMIA DE INGENIEROS DE GUADALAJARA (1833 - 1931)
Por Real Orden de 13 de septiembre de 1833 la Academia de Ingenieros fue instalada en el antiguo palacio de los Marqueses de Montesclaros de Guadalajara, convertido en 1719 en Real Fábrica de Paños, iniciando una andadura de 99 años.
La estancia de la Academia de Ingenieros en Guadalajara fue la más larga y densa de su historia, dando fama y prestigio al Real Cuerpo de Ingenieros por la seriedad de sus estudios, la formalidad de su régimen interior y el espíritu de disciplina y sacrificio inculcado en los cadetes alumnos. La biblioteca de la Academia llegó a ser una de las mejores de la época, con cerca de 24.000 volúmenes, y una de las primeras en abrir una sección circulante. Sus gabinetes comprendían secciones de óptica, topografía, astronomía, geodesia, química, fotografía, mecánica, máquinas, motores hidráulicos y neumáticos, máquinas de vapor y accesorios, electrotecnia, radiografía, telegrafía sin hilos, energía y acumuladores, geología y mineralogía, fortificación, artillería y puentes.
Fachada de la Academia de Ingenieros en Guadalajara, frente al Palacio del Duque del Infantado.
Desde 1886 y hasta 1893 el centro pasó a denominarse Academia de Aplicación de Ingenieros, en virtud de la creación de la Academia General en Toledo en 1882. En esta época, la formación de los cadetes era de tres años, lo que totalizaba seis años de estudios, ya que los tres primeros eran comunes y se realizaban en la Academia General de Toledo.
Desde 1893 y hasta su disolución en 1931 pasó a denominarse Academia Especial de Ingenieros. La formación de los cadetes era de cinco años, que se desarrollaban íntegramente en Guadalajara. Normalmente los alumnos ingresaban mediante oposición procedentes de paisano, aunque también se admitieron (durante los primeros años), a oficiales procedentes de las demás Armas sin examen previo.
En 1924 la Academia de Ingenieros de Guadalajara sufrió un devastador incendio que quemó gran parte de sus instalaciones y fondos bibliográficos. Mientras se realizaban las obras de restauración siguieron formándose oficiales en diversas dependencias de la ciudad. Sin embargo, las nuevas medidas militares del ministro de la Guerra de la Segunda República, señor Azaña, propiciaron la disolución de las Academias de Ingenieros (Guadalajara) y Artillería (Segovia) en 1932 y la creación de una nueva Academia de Artillería e Ingenieros en el Alcázar de Segovia.
En construcción ...
